











En el Metro llevamos arte donde nadie lo espera.
Entre estaciones, mientras la ciudad corre, aparece una Guitarra, una voz, un poema, una melodía que cambia el aire del vagón.
Nuestro propósito es simple y poderoso: regalarle a la gente un instante de humanidad en medio de la rutina.
Lectura, música, danza, encuentros reales entre desconocidos.
No es un concierto: es un respiro.
Un recordatorio de que Medellín también puede ser pausa, historia, emoción y comunidad… aun en movimiento.
